Esta intervención no es más que la extirpación total o parcial de esta glándula, la tiroides. Esta se sitúa en la zona del cuello produciendo hormonas metabólicas.
Se recomienda el uso de esta cirugía cuando se presenten una de las siguientes patologías:
Cáncer de tiroides
En este casos se optará la mayoría de las veces con la extirpación total de la glándula
Bocio
Este es un agrandamiento no canceroso de la glándula. En estos casos se extirpa cuando la glándula supone un inconveniente como deficiencias respiratorias, al tragar o causa hipertiroidismo.
Hipertiroidismo
En esta patología, la glándula produce más hormonas de lo normal. Esta cirugía no es la única opción de tratamiento ya que puedes usar, fármacos y terapia con yodo radiactivo.
Nódulos tiroideos sospechosos
A la hora de identificar si los nódulos son malignos o benignos no se puede llegar a determinar al 100% el resultado de estos, por lo que en caso de duda el especialista aconseja al paciente de realizar esta intervención, es el paciente el que decide.
A la hora de realizar la intervención, se pueden realizar 3 procedimientos:
- La tiroidectomía convencional: se realiza la incisión en el cuello y se accede directamente a la
glándula - La tiroidectomía transoral: en esta opción al igual que en la anterior también se realiza una incisión pero esta en vez de ser en el cuello, se realiza en el interior de la boca
- La tiroidectomía endoscópica: se realizan como en la primera incisiones en el cuello, la diferencia es que en esta se realizan varias y de menor tamaño, lo justo para introducir los instrumentos que se necesiten para realizar la extirpación e introducir la pequeña cámara.
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