A la hora de tratar y curar ciertos cánceres de piel, nos encontramos con esta gran técnica micrográfica la cual nos permite reducir al mínimo los daños para la piel que no se encuentra afectada.
Los tipos de cáncer más idóneo para realizar esta intervención son aquellos que:
- Presenten riesgo de recurrencia incluso después de un tratamiento previo
- En aquellos que se encuentren en zonas en los que es importante salvar la mayor parte de piel que sea posible ( ojos, boca, genitales...)
- Tumores grandes, de crecimiento rápido y difíciles de definir
A la hora de realizar la cirugía, primero, con la ayuda de un bisturí, se extirpa la parte visible del cáncer junto con una pequeña capa tanto de la capa siguiente de la piel como de tejido próximo a este.
Se lleva a muestra de tejido al laboratorio a analizar, por lo que mientras esperas a los resultados, se venda temporalmente la zona en la que se extrajo el tejido.
La muestra a analizar se divide en secciones y se analizan individualmente con la ayuda de un microscopio para saber en que zonas aun hay presencia de tejido tumoral y en que zonas no, por lo tanto se podrá saber por que zonas hay que seguir extirpando tejido.
Este proceso se repite y se acaba cuando en las muestras a analizar no hay presencia de tejido tumoral.
- Dejar que la zona vaya cicatrizando ella misma
- Utilizar puntos, grapas o adhesivos para la sutura
- Halar con piel proximal
- Usar injertos
BIBLIOGRAFÍA
https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/mohs-surgery/about/pac-20385222
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