Una hernia inguinal es un abultamiento del contenido abdominal a través de un punto débil en la parte inferior del abdomen. Estas hernias se presentan en una serie de puntos conocidos como canales inguinales, principalmente localizados en los laterales (este tipo de hernia es más común en el lado derecho). Las partes herniadas suelen ser contenido del intestino delgado con abundante grasa, aunque en caso de las mujeres también puede contener parte del sistema reproductor (ovario).
Normalmente el médico puede deslizar la hernia hacia dentro con un masaje. No obstante, estas se pueden atascar, imposibilitando al sanitario realizar esta tarea. Esto genera complicaciones y la víscera puede llegar a estrangularse, en otras palabras, restricción del flujo sanguíneo y consecuente isquemia y necrosis si no se trata a tiempo.
La cirugía se puede realizar de dos formas:
Cirugía abierta: Se realiza una incisión, localizando la hernia y separando el tejido de su alrededor. Hay dos opciones, retirar la porción herniada o reintroducirla en el abdomen de nuevo. Los puntos débiles de la pared abdominal que causaron la hernia son reforzados con puntos de sutura.
Cirugía laparoscópica: Se realizan pequeñas incisiones en el abdomen y se introduce el laparoscopio a través de ellas, hinchando el abdomen con un gas liberado por este dispositivo para ver mejor el área que se va a trabajar. Posteriormente se introducen otros instrumentos a través de las otras incisiones para así reparar la hernia usando los mismos métodos que en la cirugía abierta.
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