El pectus excavatum consiste en una malformación donde la porción anterior del tórax está hundida hacia dentro, afectando fundamentalmente al esternón, costillas y cartílagos. Afecta a 1 de cada 300 recién nacidos y es más común en varones. En los casos más graves donde los huesos crezcan hacia dentro de una forma muy marcada, puede haber afectación funcional del corazón y los pulmones. Otra gran problemática es el complejo que genera en algunas personas que lo poseen, ya que lo consideran antiestético, pudiendo llegar a producir problemas psicológicos como la depresión.
En los casos leves sólo se produce una ligera hendidura en el pecho, por lo cual mucha gente no sabe calificar si tienen verdaderamente o no la enfermedad. Otros de los síntomas principales asociados a esta patología son: Disminución de la tolerancia al ejercicio (menor volumen respiratorio por opresión pulmonar), tos, dolor torácico, arritmias y taquicardias…
Hay dos tipos de tratamiento quirúrgico para corregir esta malformación:
Técnica clásica (Cirugía de Ravitch): Consiste en realizar una incisión longitudinal de unos 10cm para posteriormente extirpar los cartílagos costales junto con una serie de incisiones transversales en el esternón para la posterior implantación de unos soportes metálicos.
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