El prolapso rectal es un desprendimiento del recto que ocurre por un fallo en los mecanismos de sujeción. Queda fuera parte del recto con forma rojiza y ovalada. Este suceso necesita rapidamente una intervención quirúrgica, ya que puede provocar un estrangulamiento. El paciente tiene que estar en posición genupectoral y el sanitario tiene que introducir de nuevo el recto en el interior. La cirugía vuelve a colocar el recto en su interior y a reparar los mecanismos de sujeción.
Existen varias formas de realizar una cirugía del prolapso. El cirujano recomienda el método que mejor se adapta a la situación del paciente, en función de la afección y el estado de salud del paciente. Esta cirugía es necesaria por el dolor, malestar y desprendimiento de heces causado por este problema. Este suceso ocurre más en mujeres mayores.
Para llevarla a cabo es necesario una buena higiene con agua y jabón, pero no un jabón cualquiera sino un jabón antiséptico para evitar que los gérmenes de la piel causen una infección después de la cirugía. Hay varios tipos de cirugías:
- Reparación del prolapso rectal a través del abdomen: una incisión en el abdomen, se ancla el recto a la pared de la pelvis.
- Cirugía laparoscópica del prolapso rectal: varias incisiones de menor tamaño que se realizan en el abdomen. Se inserta una cámara a través de estas incisiones con el objetivo de reparar el prolapso
- Cirugía robótica: similar a la laparoscopia pero con el uso de un robot quirúrgico.
- Rectosigmoidoscopia perineal: el cirujano tira del recto a través del ano, extrae una porción del recto y del sigmoide y una la parte restante del intestino grueso. Esta reparación se reserva para aquellos que no son candidatos a laparoscopia.
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