Las hemorroides son varices situadas en el conducto anal debido a un aumento de la presión de las venas de esta zona. No siempre producen síntomas, con lo cual no necesitan un tratamiento demasiado marcado, pero cuando se presentan son extremadamente dolorosas.
Debemos clasificar las hemorroides en dos grandes grupos, las internas (se encuentran por encima de la línea dentada) y las externas (por debajo de la línea dentada). También se pueden dividir en función de su severidad:
Grado I: Internas y solamente producen sangrado.
Grado II: Se prolapsan pero vuelven dentro del ano al finalizar la defecación.
Grado III: Se prolapsan y no vuelven dentro del ano.
Grado IV: Externas y el prolapso es permanente.
Tenemos distintos tratamientos, el más común es la hemorroidectomía, que consiste en extraer las hemorroides y frenar la hemorragia con gasas estériles. La hemorroidopexia consiste en extirpar el tejido afectado y suturar las áreas dañadas con puntos metálicos, colocando las hemorroides a nivel interno. También existe la posibilidad de restringir el riego sanguíneo por doppler, suturando la arteria hemorroidal y así imposibilitando la supervivencia de la almorrana.
BIBLIOGRAFÍA
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